“TIPS WOW”: LAS CREMAS QUE USES DURANTE Y DESPUÉS DE LOS TRATAMIENTOS

El día a día cuando estás en tratamiento de quimioterapia o radioterapia, que es un día a día muy largo porque los tratamientos duran meses, no es nada fácil. 

Aun cuando estos tratamientos no te sienten muy mal y hagas vida más o menos normal, el día a día no es nada sencillo ni física ni psicológicamente. Hay días que te encuentras mejor, otros peor, pero nunca te encuentras bien del todo, todo es nuevo para ti; se junta el malestar físico, el miedo continuo, la presión por hacer las cosas bien para encontrarte mejor, la incertidumbre diaria. Son muchas cosas.

Y esta mezcla de síntomas físicos y emocionales puede ser durísima, dura, o más o menos llevadera. Va a depender de multitud de cosas.

Y de todas estas cosas hay muchas que no dependen de ti, pero hay otras que sí y en las que tú sí puedes actuar para ayudar a encontrarte un poco mejor.  Alimentación, ejercicio físico, meditación, yoga… todos lo sabemos. 

Pues una parte de tu bienestar diario va a depender de algo tan aparentemente banal como las cremas que uses. Esto lo saben bien todas las personas que se dedican a la oncoestética y los dermatólogos. También nosotras, que como todo el que haya pasado por ello, algo te podemos contar sobre este tema. 

Usa buenas cremas mientras duran los tratamientos oncológicos.

Si puedes permitirtelo, es muy recomendable que inviertas en una buena crema hidratante de cuerpo, manos, otra de cara y también una para la cabeza. Si, una especial para el cuero cabelludo. Y que las apliques generosamente cada día, varias veces al día. La piel de todo el cuerpo se reseca muchísimo, probablemente como nunca antes te haya pasado y esto genera mucha incomodidad.

Estos son los síntomas más frecuentes que sufrirá tu piel:

  • sequedad
  • enrojecimiento
  • descamación
  • ampollas
  • picor
  • llagas
  • fotosensibilidad
  • pigmenación

Son muchas cosas, y muy molestas, así que si puedes evitarlas o al menos paliarlas un poco, mucho mejor.

Mención espcial merece el cuero cabelludo: es la parte que, casi con seguridad, nunca has tenido al aire como ahora y eso puede provocarte muchas incomodidades si no lo cuidas bien. Picores, dolores, granitos, descamación, son muy frecuentes y afectan tanto física como emocionalmente. 

Además de cómo te encuentras, cuanto peor te ves, peor te encuentras. 

Si te pasa que tu piel sufre mucho y se altera, no lo asumas sin más como un síntoma más de los tratamientos y acude a un dermatólogo, que es quien mejor te pueden ayudar. También las enfermeras de los hospitales saben mucho sobre cómo puedes encontrarte un poco mejor, trucos, cremas… Pregúntales, tienen mucha esperiencia.

Y recuerda: busca olores que te gusten, pero a los que puedas renunciar en un futuro, porque como te contamos en nuestro post sobre los olores, es probable que no quieras volver a usarlos nunca más.

Por eso nuestro consejo es que, si puedes, te pongas en manos de un buen especialista de belleza oncológica, no lo dudes, hazlo, tu cuerpo y tu mente lo agradecerán y cuando todo pase a tu cuerpo le costará menos recuperarse… porque ese es otro tema. Los efectos sobre la piel no acaban con los tratamientos: la piel sufre y mucho y tarda en volver a ser la que era.

Pueden parecer pequeñas cosas sin importancia, y cualquiera que nos lea que no esté pasando por esto, puede decir: ¡pero qué frivolidad estar pensando en una crema hidratante buena y cara!. Pero no, no es una frivolidad, es bienestar y el bienestar por pequeño que sea, suma.

Todo suma cuando nada en el entorno apunta al bienestar. 

¡Gracias por leernos!

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